otras amonestaciones subsecuentes. Como ya hemos dicho, Pablo mismo es mucho más optimista (5:10). Con todo, debe recordarse siempre que la soberanía divina no abroga la responsabilidad humana y que, por tanto, Dios lleva a cabo su propósito eterno obrando de tal forma a través de su Espíritu en el corazón de los descarriados que ellos atiendan a las exhortaciones sinceras que se les hace. Las personas que persisten en su desobediencia hasta el último aliento de vida prueban con ello que jamás habían
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